La cucharita.
- maestriasexualec
- 11 mar 2017
- 1 Min. de lectura
La penetración inicial en esta postura puede ser un poco difícil, “es totalmente factible y vale la pena”.
Ambos mirando en la misma dirección, la pelvis de la mujer debe estar algo más arriba, con la cadera inclinada hacia delante y las piernas flexionadas para ayudar a que sea más fácil la penetración.
Una vez encajados y acurrucados, la mayor parte de la acción dependerá del hombre, que puede aprovechar la posición para rodear con sus brazos a la mujer y excitarla de otras maneras adicionales y conseguir un impulso adicional. La idea es igualar y coordinar los movimientos y que haya mucho contacto físico cuerpo con cuerpo.

Con esta posición se consigue una penetración poco profunda por lo que se evita la sobreexcitación del hombre y además se le obliga a moverse lentamente, ya que, de hacerlo con efusividad, es bastante probable que tengan que recolocarse.
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